Parece que no hubiese sido verdad la serie de situaciones e inconvenientes vividos durante los diez meses del bloqueo de la atención de donantes de sangre por el brote de Fiebre Q, sin embargo, cuando miramos los últimos seis meses nos encontramos con el inmenso apoyo de Osorno.
Descubrimos una comunidad que no conocíamos; comprometida, motivada y dispuesta a cooperar con el banco de sangre de la ciudad, donando en los distintos puntos de colecta en los cuales nos hemos ido instalando.
Después de seis meses hemos pasado de una donación voluntaria de un 20% en el año 2017 a un 50% en los meses en los cuales se atendió donantes de sangre durante el año 2019, cifras desconocidas como país y más aún en nuestra ciudad. Organizaciones de nuestra comunidad como Rotary, ayudó en gran medida a que estas cifras se hicieran realidad, con su ayuda en la compra de un vehículo que nos ha permitido recorrer distintos lugares.
Lo anterior es tan importante porque las investigaciones demuestran que la sangre donada por voluntarios altruistas es mucho más segura que la sangre de donantes remunerados o de reposición.
Sin embargo, por la escasez de sangre, la mayoría de los países dependen de la donación de reposición, es decir, donaciones de familiares o conocidos de los pacientes con necesidad de sangre. Cambiar esta práctica es el reto más importante en materia de sangre que se plantea hoy en día en el país.
Esperamos que este despertar sea permanente y la comunidad nos siga apoyando para lograr cifras de donación voluntaria que sean un ejemplo para nuestro país.
Columna de Opinión: María Teresa Kahler Ritter
Jefa Banco de Sangre – Hospital Base San José Osorno
