La araña de rincón, o comúnmente conocida como la araña de los rincones (Loxosceles laeta) es la especie de Loxosceles de mayor distribución en Sudamérica, y la más importante de su género en Chile. Esta araña habita en el interior de las casas rurales como urbanas, suele esconderse en grietas y rincones de difícil acceso, en lugares secos y oscuros. En general no son agresivas y muerden a las personas en defensa propia.
Se encuentra principalmente desde la primera a la octava región, pero se han presentado casos de mordedura en todo el país. Mide de uno a tres centímetros de largo (incluyendo las patas 8 a 45 mm) y es de color café parduzco, siendo la hembra es más grande.
Capaz de reaccionar rápidamente, esta araña puede correr velozmente en busca de refugio, escabulléndose pudiendo correr a una velocidad de hasta 15 Km/hora.No es agresiva para el ser humano y solo muerde si se siente atacada o al comprimirla contra la piel durante la noche cuando la persona duerme (38%) o al vestirse (32%) con ropa colgada por largo tiempo en la muralla o en armarios.
Se considera que la picadura suele producir dolor de poca intensidad inicialmente y, muchas veces, el paciente no sabe precisar cuándo ocurrió, también se ha descrito un dolor urente o “quemante”
En relación a la mordedura de la araña de rincón son reconocidos dos cuadros: el loxoscelismo cutáneo, que puede ser necrótico (80 % de los casos) o edematoso (menos del 5 % de los casos) y el loxoscelismo cutáneo visceral (10-15% de los casos).
Las diferencias características entre cada cuadro se configuran de la siguiente manera:
Loxoscelismo cutáneo necrótico: presenta dolor inmediato y progresivo en donde el cuadro puede evolucionar desde una pequeña zona eritematosa a una extensa área de necrosis dérmica con la posterior ulceración.
Loxoscelismos cutáneo edematoso: en este cuadro no se presenta la lesión necrótica, solo predomina el edema, lo que se ocurre cuando la mordedura ha sido en tejido laxo, habitualmente la cara.
Loxoscelismo cutáneo visceral: se considera el cuadro más grave que se presenta entre 6 a 24 horas posterior a la mordedura, presentándose compromiso sistémico (fiebre, escalofríos, decaimiento, ictericia y orina oscura, entre otros. El mayor problema es cuando el veneno alcanza la circulación sistema ejerciendo un gran poder hemolítico. La letalidad es de 20-25% en este cuadro.
En caso de mordedura de la araña, se recomienda lavar con agua y jabón la zona afectada y dejar en reposo; Aplicar hielo en la zona afectada en forma intermitente y según la tolerancia (no más de 15 minutos cada hora). El hielo ayuda a inactivar el veneno de la araña, que es más activo a altas temperaturas. Si la araña causante de la lesión está viva, se debe colectar y conservar en un recipiente con tapa con un algodón humedecido en agua; Si la araña causante de la lesión está muerta, se debe colocarla en un recipiente seco finalmente, permanecer tranquilo e ir al Servicio de Urgencia más cercano.
Finalmente recuerde considerar algunas medidas preventivas en el hogar para evitar la presencia de estas arañas, tales como contar con lugares iluminados; mantener una buena limpieza en todas las habitaciones del hogar; detrás y debajo de los muebles, en rincones, parte posterior de los cuadros, detrás del lavaplatos y artefactos de baño; Limpiar de forma prolija en forma periódica; separar las camas de las paredes para evitar que las arañas bajen por ellas, no colgar ropa ni toallas en muros o puertas de hacer esto siempre sacudirlas antes de usarlas; revisar las sábanas y los rincones antes de acostarse; sacudir la ropa y los zapatos antes de ponérselos y evitar que los niños jueguen en espacios oscuros con polvo y que no se han limpiados.
Columna de Opinión: Dra. Carmen Gloria Zamorano Vásquez
Epidemiólogo
Hospital Base San José Osorno