El invierno, la lluvia y el frío producen las condiciones perfectas para que los niños se contagien con virus respiratorios, y por ende, variadas enfermedades estacionales. Éstas son las causas más frecuentes de consulta entre los niños porque en estos meses se presentan condiciones ambientales que facilitan la propagación de virus: virus respiratorio sincicial (VRS), influenza y adenovirus que, al complicarse, pueden causar infecciones respiratorias de origen bacteriano.
Las condiciones ideales para eso son el encierro, la mayor cercanía física de las personas, falta de ventilación y sistemas de calefacción contaminantes como la leña o parafina. El contagio se produce a través de secreciones al hablar, llorar, toser, estornudar y tocar. Las manos son una de las vías de transmisión que más contagia. El adulto que estornuda, se tapa la boca o se suena, queda con sus manos contaminadas. Si con ellas alimenta o muda a un niño, éste se contagia.
Las enfermedades más frecuentes son las infecciones respiratorias altas como el resfrío común, faringitis aguda, laringitis y amigdalitis, entre otras. Los padres pueden darse cuenta cuando se está comenzando un resfrío: mucosidad nasal clara o transparente, fiebre baja, entre 38 y 39°C., compromiso de estado general o decaimiento leve y disminución ligera del apetito.
Sin embargo, en época de circulación de VRS adquieren mayor importancia los cuadros respiratorios que comprometen los bronquios y pulmones como bronquiolitis, bronquitis, crisis asmáticas y neumonía.
La circulación de virus invernales, incluyendo el VRS, varía cada en año, pero en general predomina en los meses de Junio, Julio y Agosto. Los niños menores de un año, son el grupo más susceptible a él y los que presentan la mayor tasa de complicaciones por su infección.
La duración del cuadro depende de la edad, del virus adquirido, antecedentes o enfermedades preexistentes, entre otros factores. Su duración en promedio es entre 7-10 días, con un peak de intensidad entre el tercero y quinto día.
Se recomienda consultar si superan los plazos habituales o si durante este plazo el niño presenta dificultad respiratoria, fiebre persistente o decaimiento marcado: Menor de 3 meses (tienen su sistema respiratorio e inmunológico inmaduro y presentan más complicaciones), Dificultad para respirar (hundimiento de costillas) y fiebre persistente, Labios morados, Si no quiere mamar, comer o beber líquidos e Irritabilidad marcada.
Existe una serie de simples medidas caseras y simples para disminuir el contagio: Tomar abundante agua y de manera continua; Abrigarse bien para protegerse del frío; en la época del brote de las infecciones respiratorias, evitar el hacinamiento o acudir a sitios muy concurridos como cines, centros comerciales, supermercados o reuniones sociales; Lavarse las manos regularmente con jabón (o alcohol gel); Taparse la boca con el antebrazo al toser o estornudar; Ventilar diariamente la casa; Evitar los contaminantes intradomiciliarios como el humo del cigarrillo, el carbón, parafina o la leña; Preferir medios de calefacción seguros y limpios como la electricidad
Es importante hacer hincapié en evitar los contaminantes intradomiciliarios como la calefacción a leña y el humo del tabaco. Ambos producen humo con residuos que provocan irritación de las vías aéreas, cuyo efecto es más marcado en los niños más pequeños y en aquellos que son más susceptibles como los asmáticos o tienen antecedentes de Displasia Broncopulmonar (DBP).
En Osorno la contaminación ambiental por leña se ha vuelto un problema serio, por lo tanto sería importante privilegiar medios de calefacción más limpios como la electricidad en la medida de lo posible.
Dra. Natalia Rivera Knight
Pediatra Broncopulmonar
Hospital Base San José Osorno